EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX: EL REPARTO DEL MUNDO
El Imperialismo ha sido una constante en la historia de la humanidad, los egipcios, los griegos, los romanos, todos ellos han conseguido crear grandes imperios y esa idea no ha abandonado al hombre contemporáneo. Existen dos tipos fundamentales de imperialismo, el regresivo y el progresista. El imperialismo regresivo, es la pura conquista y explotación de recursos, mientras que el Imperialismo Progresista promueve la expansión de la civilización a las sociedades supuestamente atrasadas para elevar los estándares de vida y la cultura en los territorios conquistados. Vamos a conocer algo más de esta apasionante época de El Imperialismo en el Sisglo XIX: El Reparto del Mundo.
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El Imperialismo en el Siglo XIX | Definición
Es difícil dar una definición de imperialismo simple y acotada, ya que es un proceso histórico muy complejo, pero podríamos describirlo como el proceso a través del cual, estados poderosos someten a pueblos más débiles para satisfacer ciertos intereses. Dentro de esta acepción podríamos identificar distintos procesos similares en momentos muy diferentes de la historia, pero aquí nos abocaremos al llamado Imperialismo Moderno del siglo XIX.
Desde 1870 –aproximadamente- hasta 1919 (tras el fin de la Primera Guerra Mundial) se da lo que algunos historiadores han llamado la “Era del Imperialismo”. Este período está caracterizado por una intensa expansión colonial en la que los países más poderosos salen a dominar territorialmente enormes regiones dando origen a grandes imperios coloniales.
El imperialismo implicó no sólo una expansión comercial y nuevas fuentes de recursospara las potencias colonizadoras, sino además, dominio político, ocupación militar y una explotación sistemática de las colonias, las cuales perdieron totalmente su soberanía. Hoy en día existe la tendencia a definir el periodo imperialista como una forma de expansión económica que prácticamente se había convertido en una necesidad, sobre todo en el último tercio del siglo XIX, un proceso de expansión al que se denominó Imperialismo Librecambista.
La burguesía representada por empresas, banqueros e inversionistas esperaba de este movimiento grandes utilidades. Durante este periodo, muchos países europeos, especialmente Gran Bretaña, se extendieron, primero de forma no oficial y más tarde anexaron territorios y formando colonias en África, Asia y el Pacífico.
El Imperialismo en el Siglo XIX | Causas
Los factores que facilitaron la expansión imperialista, fueron:
- ECONOMICOS: Los estados europeos necesitan conseguir materias primas para su producción industrial y nuevos mercados para vender sus productos. Las potencias imperialistas tienden a obligar a sus colonias a comerciar en forma exclusiva con su metrópoli.
- DEMOGRÁFICOS: El acelerado aumento de población europea a fines del siglo XIX, provocó intensos movimientos migratorios hacia otros continentes en una búsqueda de fuentes de trabajo y mayores oportunidades
- POLITICOS: El dominio de grandes territorios, de vías de circulación y de zonas consideradas estratégicas se transformó en un símbolo de hegemonía de las potencias, en una época en que el nacionalismo hacia auge en Europa
- IDELOGICAS: Las potencias defendían su dominio, planteando que tenían una misión evangelizadora y civilizadora sobre las culturas consideradas primitivas y bárbaras.
El Imperialismo en el Siglo XIX | Causas Económicas
La caída de precios provocado por la crisis de 1873, grabándolos con impuestos y los aranceles que prácticamente impedían la entrada de productos extranjeros, obligó a tener que buscar mercados nuevos, lejos de su control.
Los Países Bajos, Inglaterra o Francia, necesitaban invertir en países fuera de Europa para poder mover el exceso de dinero, encontrando formas como préstamos o bien invirtiendo en transportes como el ferrocarril, puertos o vías de comunicación.
La nueva industria floreciente de Europa, consecuencia de la Segunda Revolución Industrial, demandaba materias primas que ahora comenzaban a escasear en la vieja Europa. Materias primas como el oro, caucho, el cobre y por supuestos el petróleo.
El Imperialismo en el Siglo XIX | Causas Demográficas
Con una industria floreciente y con la expansión económica que como hemos visto, respondían a distintos motivos, Europa sufrió una gran transformación en especial a finales del siglo XIX y principios del XX, el aumento demográfico.
En pocas décadas, la población europea llegó a duplicarse, algo que en principio era una buena noticia, pronto se convirtió en un problema. Los recursos comenzaron a escasear y a ser insuficientes para abastecer a tanta población. La solución fue la migración, cambiar el lugar de residencia en busca de una vida mejor o al menos, unas condiciones mejores.
Los avances médicos, nuevas tecnologías, nuevos medicamentos gracias al descubrimiento de nuevas especies de árboles y plantas, con propiedades curativas. La investigación en cuerpos ya fallecidos, facilitó el conocimiento humano en medicina.
El Imperialismo en el Siglo XIX | Causas Políticas
Las razones geoestratégicas eran resultado de la competencia por el dominio de rutas navales, escalas necesarias para el repostaje de carbón de los buques a vapor, y de espacios continentales clave, como la denominada área pivote del Asia Central o el imperio continuo en África (la continuidad territorial entre las bases navales en mares opuestos).
La llegada de los barcos a vapor suponen una gran avance y una gran revolución ya que ahora son capaces de abarcar mayores distancias y con una velocidad constante. Sólo hay un pequeño problema, la necesidad de disponer de distintos puntos para el abastecimiento de carbón, estos puertos costeros deberían estar repartidos por todo el mundo para poder llegar de un mar a otro.
Cuando estos puntos de abastecimiento caían en manos del estado, comenzaban los problemas porque quien tenía el dominio político también disponía de la propiedad de los productos, por lo tanto en control económico. Los puntos estratégicos.
Pero también fue a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando Europa vivió uno de los pocos periodos de Paz, fue la época del auge económico, la Belle Époque, donde la economía fluía, con una expansión demográfica que comenzaba a llenar los barcos en busca de tierras al otro lado del océano, provocó una expansión a todos los niveles en Europa tanto a nivel económico, empresarial o colonial.
El Imperialismo en el Siglo XIX | Causas Ideológicas
Existía un fuerte interés por el descubrimiento y el estudio de nuevas especies de animales y plantas, conocer nuevos territorios y realizar investigaciones de todo tipo. Esto hace que muchos científicos deseen progresar, lanzándose a la aventura consiguiendo a cambio grandes avances en campos como la biología y la botánica.
Tras conocer las teorías de Darwin sobre la evolución de las especies por selección natural, sostenían que, al igual que las distintas especies o razas, las sociedades más avanzadas tenían derecho a imponerse y a seguir creciendo aunque fuera a costa de las más inferiores o retrasadas.
El Imperialismo en el Siglo XIX | Los Distintos Imperios
El imperio Británico fue el más poderoso y extendido del mundo, llegando a abarcar en las primeras décadas delsiglo XX una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de los territorios del planeta.
Francia, Alemania, Italia y Rusia se lanzaron también a la conquista de colonias. Pero no sólo las potencias europeas intervinieron en el Imperialismo colonizador de fines del siglo XIX, Estados Unidos y Japón también se lanzaron en la búsqueda de nuevas conquistas.
Ahora que conocemos las causas y los protagonistas de este proceso, pasemos a ver brevemente cómo se dio su evolución histórica. En primer lugar cabe aclarar que ya desde siglos anteriores existían dominios coloniales en Asia, África y Oceanía. Durante la década de 1870, se dieron una serie de anexiones a cargo de diferentes países, pero el proceso se dio en forma bastante espontánea.
Sin embargo, ya para la década de 1880, la disputa de determinados territorios y la rivalidad entre las potencias que buscaban superar en poderío a sus contrincantes llevaron el afán colonizador hasta el conflicto bélico. En 1880-1, estalló la guerra entre los ingleses y los bóers (antiguos colonos de origen holandés), en lo que hoy es Sudáfrica.
Esta coyuntura llevó a que los estados imperialistas firmaran acuerdos entre sí para establecer ciertas “reglas” en la apropiación deterritorios coloniales.
Los conflictos continuaron latentes a través de los siguientes años, hasta aflorar nuevamente con toda su crudeza en las vísperas de la Primera Guerra Mundial. En los años siguientes de la “Era del imperialismo” el proceso de colonización se acentuó y se aceleró. En menos de una generación se produjo el llamado “reparto de África”, se dominó las poblaciones de Asia central y meridional, y se produjo la colonización de las tribus aborígenes de Oceanía. A pesar de los múltiples movimientos de resistencia de las comunidades locales, el poderío bélico y económico de las potencias logró sofocarlos. A continuación encontraréis dos videos en los que veréis exactamente qué áreas quedaron bajo la influencia de que potencias.
El Imperialismo en el Siglo XIX | Consecuencias del Imperialismo
El Imperialismo tuvo numerosas consecuencias, por un lado para los países capitalistas y colonizadores, pero sobre todo para los territorios colonizados.
Consecuencias Demográficas
La nueva medicina estaba consiguiendo que la población pudiese adquirir edades muy avanzadas, con una alta tasa de natalidad y una muy baja mortalidad, provocó un aumento de población difícil de sostener. El gran desequilibrio entre los recursos y la población, obligó a muchos Europeos a buscar nuevos territorios donde iniciar una nueva y mejor vida, en la mayoría de las ocasiones, fuera de Europa.
Poblaciones autóctonas, desconocedoras de las enfermedades europeas, pronto contrajeron enfermedades como la viruela o gripe, totalmente desconocidas en el continente americano y que provocaron una drástica reducción de la población indígena, poco o nada resistentes a ellas.
Con motivo de la reducción de la población autóctona, los países colonizadoresintrodujeron población indígena procedente de otras colonias como ocurrió con lascolonias africanas, llevando esclavos y población procedente del continente africano al americano.
Consecuencias Económicas
Con la explotación de los nuevos territorios y el establecimiento de ciudades, comercios y empresas, hizo necesario la inversión en infraestructuras. Las materias primas fundamentales para el buen funcionamiento de la industria hacia necesario el establecimiento de líneas de ferrocarriles, puertos, vías, puentes, etc. Ahora eran las colonias las que se encargaban de alimentar a las metrópolis, que como hemos visto, sufrían el desabastecimiento tanto de productos agrícolas como de materias primas, tan necesarias para los productos manufacturados que después se vendían a las colonias.
La agricultura también experimenta un gran cambio, con la llegada de las maquinaria agrícola, la producción se multiplicó. Ahora la agricultura tradicional y autosuficiente pasa a ser sustituida por las grandes explotaciones, donde prima el monocultivo, transformando de esta manera la economía tradicional de la zona.
Consecuencias Sociales
La sociedad también se transformó, la nueva industria y la expansión económica gracias a las colonias, provocan la aparición de una nueva clase social en la metrópolis, la Burguesía. La burguesía estaba formada principalmente por altos cargos funcionariales, comerciantes, antiguos dirigentes, miembros destacados del ejército, etc.
En las colonias, la nueva clase burguesa siempre tenían que ver con la administraciónde las colonias, como altos funcionarios, militares y comerciantes o empresarios que estaban haciendo grandes negocios con las explotaciones coloniales.
Consecuencias Políticas
Las consecuencias políticas no se sufrieron de la misma manera en todos los territorios, estas vinieron en función de la relación que la metrópolis mantenía con sus territorios y el grado de dependencia de los que estos podrían disfrutar.
En muchos casos esta dependencia vino marcada por conflictos de distintas índoles, siendo lo más habitual la poca consideración que la metrópolis tenía tanto a las tradiciones ancestrales como antiguos rituales autóctonos. Este descontento sobre todo en las clases medias nativas que ahora occidentalizadas comenzaban a formar el germen del anti-imperialismo.
Consecuencias Culturales
Las poblaciones indígenas pronto comenzaron a sufrir las consecuencias imperialistas con la pérdida de sus propia identidad cultural. En la mayoría de los casos se les impuso una serie de pautas de buena conducta y educación. Se les obligó a expresarse en la lengua colonizadora, como era el inglés, francés y español.
El despojarles de sus señas de identidad provocó en mucho de los casos el abandono de sus tradiciones tanto religiosas como gastronómicas, medicinales, etc. La imposición del cristianismo como religión única ya sea en su variante católica, protestante, etc, provocó que mucha tribus africanas olvidaran su esencia cultural o fusionaran sus creencias con las nuevas doctrinas.
Consecuencias Ecológica
Con el descubrimiento de nuevas especies tanto vegetales como animales, cientos de estudiosos y curiosos rápidamente pusieron sus ojos en estas zonas, provocando la destrucción de muchos de estos ecosistemas recién descubiertos.
La colonización de nuevos territorios provocaron grandes cambios ecológicos, hasta el punto de que muchas especies, como el bisonte, llegaran al punto casi de desaparecer. Por otro lado, la introducción de especies desconocidas en los nuevos territorios, provocaron verdaderas plagas como ocurrió en Australia cuando se introdujo el conejo, un animal desconocido y sin depredadores en el nuevo continente y con un alto índice de natalidad que provocó un verdadero problema, una plaga.
Las grandes masas forestales comenzaron a talarse, la madera y la sobreexplotación de ésta sumado a la introducción de los grandes monocultivos, provocaron la desaparición de grandes masas forestales o la contaminación de ríos y acuíferos, por la extracción de metales preciosos como puede ser el oro.
La superioridad económica, armamentística y de infraestructuras de las potencias colonizadoras obligó literalmente a estos pueblos a convertirse en meros instrumentos para el enriquecimiento de los imperios. Muchas de estas consecuencias, por no decir todas, se siguen dejando ver, por ejemplo, en el África negra, un territorio que ha perdido su identidad desde la época del imperialismo y cuyos países llevan años sumidos en irracionales guerras civiles.
Una de las consecuencias más evidentes tiene que ver con el ámbito geográfico, y es la reordenación de numerosos terrenos y la aparición de grandes imperios, en especial el Imperio Británico. Estos imperios dominaban grandes zonas de terreno con fronteras difusas, y habitualmente obligaban a los pueblos que allí vivían a unirse o separarse en contra de su voluntad. Esto creó tensiones contra los imperios y entre los propios pueblos, algunas de las cuales persisten hasta hoy en día. También se produjeron numerosos cambios sociales.
Muchas poblaciones indígenas fueron apartadas de sus territorios, otros optaron por el éxodo rural para trabajar como obreros, construyendo infraestructuras o en plantaciones agrícolas. Muchos sufrieron la llamada marginalidad urbana.
Por otro lado, los pueblos colonizados tuvieron que dejar atrás su cultura, su lengua o sus tradicionales religiosas para acatar las normas, leyes y creencias de los pueblos imperialistas. Principalmente se impuso la religión cristiana y las lenguas francesa e inglesa, provocando en los pueblos colonizados una pérdida de sus valores y señas culturales ancestrales.
Las colonias también fueron territorio habitual de combate entre las potencias colonizadoras. Estos terrenos, alejados de la “madre patria” eran un buen lugar medir fuerza en batalla sin causar pérdidas en la propia nación. Por ello, muchas de estas naciones colonizadas no vivieron en tranquilidad con la llegada de los colonizadores, sino que en muchos casos también fueron obligadas a combatir contra el enemigo del imperio.
Una de las principales razones que tenían los colonizadores para establecerse en los nuevos territorios era aprovechar su potencia económica y de infraestructuras para sacar todo el beneficios posible de los recursos naturales que poseían dichas colonias. En este sentido, también se cambiaron los métodos tradicionales de producción en pos de otros sistemas más europeos y mecanizados.
El sistema de agricultura de subsistencia ancestral dejó paso a nuevos métodos cuyo objetivo principal era lograr el mayor volumen de exportaciones posible. En definitiva, las colonias se convirtieron en un buen sitio donde adoctrinar a las gentes, saquear los recursos, abastecer a la metrópoli y dirimir batallas contra los enemigos. Esto provocó el aumento de las tensiones con los pueblos y entre imperios que terminarían por desembocar en la 1ª Guerra Mundial.
El Imperialismo en el Siglo XIX | Justificación Ideológicas
Los estados imperialistas, especialmente Gran Bretaña y Estados Unidos, justificaron sus actuaciones en los países que colonizaban no solo argumentando causas políticas y económicas, sino también razones supuestamente racionales. Ciertamente, los países imperialistas pusieron en marcha una compleja maquinaria propagandística e ideológica cuyo objetivo era presentar y convencer a toda su población de que sus motivos para realizar tales acciones estaban justificados desde un punto de vista moral.
La más importante de estas justificaciones se basó en la que se ha venido llamado la teoría del darwinismo social. Esta teoría, derivada de los estudios sobre la evolución de las especies de Charles Darwin, que indicaba que el proceso evolutivo no solo se aplicaba a los animales, sino también a la especie humana y a las instituciones gubernamentales.
Así, las instituciones más avanzadas y más fuertes eran naturalmente más aptas para la supervivencia y tenían el derecho de extenderse sobre las demás para “civilizarlas” e implementar en otros lugares menos desarrollados su forma de vida superior. Según esta línea de pensamiento, los pueblos dominados eran inferiores, por lo que no solo era el derecho de los países más poderosos sino incluso su deber moral ayudarles a mejorar a través de su dominio y de la extensión de su vasto conocimiento.
Con el tiempo, esta visión llegó a radicalizarse enormemente y en algunos sectores políticos se estableció la creencia de la “supervivencia del más apto“, es decir, que para continuar evolucionando se tenía que exterminar a aquellos individuos que fueran más débiles, que no fueran considerados válidos para la sociedad o que, directamente, fueran tenidos como inferiores, pues lastraban la mejora de la sociedad. Este tipo de creencias se extendió mucho y se encuentra en la base de actuaciones tales como el exterminio sistemático de indígenas, la aplicación de teorías relacionadas con la eugenesia y de diversas políticas de mejora de la raza aria impuestas por el gobierno nazi, por citar solo algunos ejemplos.
Asimismo, muy relacionada con esta teoría se encuentra otra idea que se hizo muy popular durante la época imperialista y que defendía que había una gradación o una escala evolutiva también en las razas humanas que indicaba que el hombre blanco era la especie más evolucionada del planeta. A partir de él y en una escala descendente, el resto de las razas eran consideradas más primitivas, lo que le daba a los pertenecientes a esa cúspide evolutiva una ventaja natural sobre los demás. Esas personas que se encontraban por debajo de ellos según esta ideología eran consideradas menos inteligentes, menos desarrolladas y menos capaces en todos los ámbitos, llegándose en muchos casos a considerar al resto tan inferiores que se presentaba la necesidad de que fueran custodiados y titulados por quienes se consideraban sus superiores en todos los sentidos.
Esta forma de pensar daba al imperialismo un claro revestimiento moral: las acciones que se llevaban a cabo en diferentes territorios de África, Asia y Oceanía no estarían realizando acciones hostiles contra territorios que eran iguales que ellos, sino que estaban ejerciendo la obligación que tenían de tutelar y llevar a la civilización a aquellos pueblos que prácticamente se consideraban salvajes. Su superioridad, por lo tanto, les daba todo el derecho que necesitaban para llevar a cabo las actividades relacionadas con la dominación y explotación de diversos territorios de otros continentes.
Vídeo El imperialismo en el Siglo XIX:
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